Análisis literario: El dragón color frambuesa




Título: El dragón color frambuesa
Autor: Georg Bydlinski
Ilustrador: Federico Delicado
Editorial: El barco de vapor
Fecha 1ª edición: 1990

Creo que por los siguientes aspectos que más adelante explicaré como la personalidad que tiene el personaje, las ilustraciones usadas y el volumen de texto que tiene, es un libro dirigido a alumnos de segundo de primaria. 

Es un libro de fácil manejo porque tiene un tamaño estándar. La portada creo que puede llamar bastante la atención de los niños porque en ella aparece una ilustración de un dragón pintado en acuarela y de un color tan llamativo como el rosa fucsia. Además, ese color le hace salirse de la norma, porque los dragones suelen ser de color verde, marrón o granate. Al ser un dibujo sencillo, los niños pueden verse más atraídos ya que ellos mismos podrían hacerlo. Las ilustraciones que encontramos dentro del libro siguen en consonancia con la portada y acompañan al texto para visualizar mejor la historia. La tipografía que se ha utilizado es una Times New Roman, en un tamaño trece/catorce aproximadamente. Esta tipografía y a ese tamaño es adecuada para los niños porque es bastante legible. 

El tema principal del que trata el libro es el ser diferente. El dragón es un personaje un poco egoísta y nunca quiere compartir sus frambuesas con el resto de sus amigos. Este se pinta de verde para ser como los demás, pero los amigos cansados de que no comparta empiezan a reírse de él por no ser del mismo color que ellos. El dragón triste por lo ocurrido se va y busca cobijo en la ciudad, pero al ser considerado un monstruo por los humanos, todo el mundo le huye y acaba llegando a una granja en la que los animales le dan refugio. Al aparecer el granjero, le echa de su granja y como echa de menos su casa vuelve a ella. Cuando llega se da cuenta de que los otros dragones le han echado mucho de menos y decide compartir con ellos las frambuesas a partir de entonces.

Los niños de siete años están en una etapa cognitiva en la que están reafirmando su personalidad y uno de los aspectos que demuestran es el ser egoísta con los demás y tener una actitud caprichosa. Por ello, este libro está totalmente enfocado a ese año. El dragón es egoísta como sería un niño de esos años y reafirmar su personalidad se asocia directamente al dragón queriendo cambiar de color para ser como los demás y no un “bicho raro”. https://www.mamapsicologainfantil.com/la-crisis-de-los-7-anos-en-los-ninos/ 

Además, aunque el libro sea de 1990, los casos de bullying entre los de segundo y tercero de se ha incrementado y el cuarenta por ciento de los alumnos de estos cursos padece una situación de bullying. https://www.todopapas.com/ninos/psicologia-infantil/bullying-en-ninos-de-6-a-8-anos-9037 
En el libro podemos apreciar el desprecio o “bullying” que le hacen sus otros compañeros por no ser igual que ellos y por no querer compartir las frambuesas. Este libro es tanto adecuado para una situación de bullying en el aula, como para una situación sin él. En las dos situaciones, los niños podrán ponerse en los bandos, el de las personas que juzgan y se ríen, pero también en las del dragón, que por un lado es egoísta, pero por otro lado está triste por lo que sus compañeros le hacen. 

La estructura de este libro es muy simple y consta de principio, donde se presenta al dragón; nudo, en el momento en el que el dragón se cambia de color y huye a la ciudad; y desenlace, cuando vuelve a su mundo y aprende a compartir con sus otros compañeros dragones. Me parece que es una estructura adecuada para niños de siete años porque es sencilla para su comprensión. 
El protagonista, como ya he comentado antes, es un dragón que es bastante egoísta y que le gustaría ser como los demás porque a los demás no les agrada su aspecto. Por eso, en el desenlace de la historia el dragón es capaz de recapacitar que estaba siendo muy egoísta con sus compañeros y también se da cuenta de que le decían que era rosa por no querer darles frambuesas a los demás. Esta evolución del personaje hace también que se sientan identificados, porque ellos están constantemente evolucionando cognitivamente y de manera muy rápida. En este libro se utiliza un personaje de fantasía que permite a los niños imaginar al animal como una persona que tiene problemas que ellos también pueden tener.

Los demás personajes, que también son dragones pero de color verde, quieren que el protagonista comparta con ellos, pero como este no lo hace, le tratan mal. Hay un personaje secundario que destaca de los demás, porque este no juzga al dragón y es el primero en decirle que le han echado de menos a su vuelta y que dónde se había metido. Además del cambio que el dragón color frambuesa experimenta, esto le hace darse cuenta de que sus compañeros se preocupan por él. 

Este libro está escrito desde la visión de los contravalores para hacer florecer los valores de los niños. En vez de verse a un personaje generoso y que tiene una buena autoestima, se ve a un personaje egoísta y que cambiaría su aspecto por agradar a los demás. Los demás personajes, también se trabajan desde los contravalores. Al ver que el dragón no comparte con ellos, se ríen de él. Estos contravalores harán reflexionar a los niños de segundo porque son capaces de diferenciar lo que ellos quieren para si mismos y en un segundo plano para sus compañeros. Por ello, serán capaces de juzgarlos, valorarlos y crear debate con ellos. Me parece que es una buena manera de trabajar los valores contrarios (generosidad, empatía…)  porque con estos años el pensamiento que los niños tienen suele ser egoísta y poco empático, pero al ver la situación del dragón muchos van a sentirse identificados. 

El estilo literario que se ha utilizado es el sencillo en el que busca la claridad para que los niños de siete años puedan comprenderlo, pero también admite adornos y elementos poéticos como la anáfora “caminó, y caminó y caminó”, pero rechaza las exageraciones y los recursos rebuscados. 

El vocabulario utilizado es bastante simple para que los niños que lo lean comprendan la historia. El autor utiliza tanto frases simples, como compuestas. A pesar de ser compuestas, son sencillas para la comprensión de un niño de siete años.

Creo que la función poética es muy importante para los receptores porque va a ser uno de los factores que ayuden a enganchar a la persona en la afición de leer. A nuestro cerebro le encanta llevarse sorpresas, y las figuras literarias que se escriben en muchos libros, rompen con el texto y ayudan a que la sorpresa suceda. Por ello, por muy pequeños sean los niños que lean o les contemos cuentos, es importante que esta función aparezca, porque es uno de los ganchos más importantes. 

Sí utilizaría este libro en un aula de segundo de primaria, porque me parece que además de que los niños se puedan sentir identificados y por ello se entretengan, se podrían hacer debates dialógicos, que además de fomentar el autoestima de los alumnos al sentirse escuchados, hace que mejoren sus capacidades orales que hoy en día tenemos algo olvidadas. Asimismo, al leer un libro adecuado para sus años las competencias escritas mejoran porque se acostumbran a ver cómo se escriben muchas palabras. Por último, se podrían trabajar los valores pero sin influencia del profesor, dejando expresarse a cada alumno con los sentimientos que le haya producido el libro. 








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